miércoles, noviembre 15, 2006

El Gobierno actual visto desde la II República

son muchos los resentimientos presentes. Como los hubo en la II República. La II República nació de unas elecciones municipales, e incluso, antes de terminar el recuento, los republicanos impusieron su voluntad. Luego se descubrió que si se hubiese completado el recuento, no hubiese sido favorable a los intereses de la República. En el marco actual hay que recordar que el día 10 de marzo de 2004 todas las encuestas eran favorables a la victoria del PP, con la única duda de si obtendrían la mayoría absoluta, o la bordearían, sin superarla. Y a raiz de ese fatídico día 11 de Marzo de 2004, se ha abierto otro proceso de ruptura de las comúnmente denominadas “Dos Españas”. Era un suceso que la gran mayoría de los españoles creíamos superado, pero que el Presidente del Gobierno se ha encargado de recordarnos. La tan manida memoria histórica fue algo de lo que ya se encargó D. Adolfo Suárez de tratar en el parlamento, y se llegó a acuerdos para pagar deudas a los familiares de las víctimas de la Guerra Civil, tanto de uno como de otro bando. Lo siguió haciendo Felipe González, y a continuación Jose Maria Aznar, todos ellos de forma silenciosa, pero efectiva. Hasta que llegó Jose Luis Rodríguez Zapatero para vengar la afrenta de la muerte de su abuelo a manos del bando nacional, bando en el que cabe recordar, había participado su abuelo en 1934 para repeler la Revolución de Asturias, con una participación muy activa del Frente Popular. Cabe recordar, además, que para el Presidente del Gobierno, solo tuvo un abuelo, ya que del otro prefiere obviar su existencia, ya que luchó por el bando nacional, dando idea de su catadura moral para muchos aspectos de la vida. Catadura moral que se vio reforzada cuando comparó el atentado terrorista de Irene Villa con la muerte de su abuelo. Y es que si, hay cosas que no cambian con el paso de los años, y la memoria histórica se encarga de recordárnoslo. El PSOE fue un partido marxista leninista en sus inicios, y sigue siéndolo en la actualidad.

Hemos visto como todas las estatuas del Generalísimo se han ido retirando, pero sigue presente estatuas a favor de Largo Caballero, el Lenin español, como era conocido, debido a su afinidad con el dictador comunista ruso. Y ahora, en su doble moral, o en su doblegad moral, más correctamente dicho, se le ha retirado a Franco el honoris causa por la Universidad de Santiago, título que le fue otorgado en 1965, porque este, y siempre según el criterio del rector de la Universidad, los distinguidos han de tener méritos especiales de excelencia en el ámbito técnico, cultural o social. Se puede estar de acuerdo con ello, o no. Pero por las mismas razones, en otras universidades, como la Carlos III, se deberían plantear el porque se le concedió dicho honor a Santiago Carrillo, el asesino de Paracuellos, quien en dos dias terminó con la vida de más de 5000 personas, incluyendo en ellos a niños de corta edad. Pero todo esto es lo que tiene la memoria histórica. O más concretamente, la endeblez histórica cuando quien la propugna sigue resentido 70 años después por la muerte de su abuelo

Los Disidentes


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