Adios, Camps, adios

Y por fin llegó el día en el que Francisco Camps cayó del guindo... No hay presidente, sea autonómico, provincial o local, que estando enjuiciado, a expensas de la vista oral, se mantenga en el cargo. Y desde luego, esta no ha sido la excepción. Sólo que para darse cuenta de donde tenía que terminar ha estado cinco días mareando la perdiz. Desde que el juez Flors le inculpó por el delito de cohecho impropio este personaje se ha dedicado a preocuparse por el mismo, y en ningún momento ha pensado en su partido, o en la Comunidad a la que representa, síndrome del egocentrismo que ha representado su devenir como Presidente de la Comunidad Valenciana. Empezó eliminando cualquier rastro que pudiese recordar al anterior presidente de la Comunidad, no poco a poco, como debería ser lo habitual, sino que todo lo que oliese a Zaplana en el plazo de un més estaba fuera de sus puestos anteriores.

Y desde luego, por hablar de las últimas elecciones, celebradas el pasado 22 de Mayo, aqui cito alguna de las circunstancias que envolvieron dichas elecciones. Sabiendo en las condiciones en las que se iba a presentar a las pasadas elecciones, esto es, pudiendo ser declarado culpable por el delito citado anteriormente, no tuvo ningún reparo en autoproclamarse candidato antes de la intervención de la Calle Génova. No contento con esto, también permitió que en las listas autonómicas entrasen gente inmersos en procesos judiciales, como puede ser el caso de la actual alcaldesa de Alicante, o su antecesor en el cargo, por no olvidar al ex presidente de la Diputación de esta misma provincia, todos ellos inmersos en el conocido caso Brugal, por no olvidar el incumplimiento del pacto no escrito de que el presidente provincial pasa a ser elegido presidente de la Diputación, pero para variar, esto no tuvo importancia para Camps.

A fin de cuentas, lo importante al fin y al cabo es que este personaje ha dejado de ser presente en la política valenciana, algo de lo que nos debemos alegrar los ciudadanos de esta Comunidad