¿A donde vamos?

Como deciamos ayer... o hace bastante tiempo, la vida política cada vez es un sinsentido mayor, al menos en España. Si se dejo de escribir en este blog fue porque estabamos cansados del camino al que iba encaminada esta maravillosa nación llamada España, y cuando creiamos que no se podía llegar a un mayor desproposito, siempre tienen la asombrosa capacidad de sorprendernos. Que a los políticos la sensibilidad de los habitantes les importa un comino, es evidente. Da igual que te aproveches de tu apellido para que a tu hijo le den unas comisiones impensables para cualquier ser humano, los ERE's de Mercasevilla o que estés imputado en alguna acción judicial para entrar en listas electorales. Por supuesto, da igual que haya cinco millones de parados en este país, y más de 1.300.000 familias sin ninguna capacidad de ingreso, porque los señores eurodiputados dicen que es una necesidad vital viajar en business en sus desplazamientos. Que solo se acuerdan de nosotros cuando hay elecciones, otro hecho evidente. Ahora nos espera un mes donde, como vulgarmente se dice, prometer hasta meter (en este caso seguir pegado a la silla del poder), y una vez metido, olvidarse de lo prometido (total, me quedan 4 añitos para seguir haciendo lo que me viene en gana). Por supuesto, todo ello sufragado con nuestros impuestos, como también ocurre con los Sindicatos, que viven de nuestro trabajo, pero lo de ayudar a los trabajadores lo dejamos para otra época, no la actual, por supuesto. Empezaré a ejercer mi derecho de pataleo, es lo único que me queda, y mientras siga teniendo libertad de expresión, seguiré haciendolo