domingo, mayo 20, 2007

Radical

Hoy he comprado el periódico, la edición catalana de “El Mundo”. Hablando de las elecciones municipales, que no autonómicas, porque aquí ya eligieron Parlament, que no President, ya que aquí, como en tantos otros sitios, no gobierna la fuerza más votada, sino la que mejor se vende a otros partidos, este diario sólo tenía informaciones de las elecciones en Barcelona. En ese sentido me gusta más “La Vanguardia” , ya que trae noticia del resto de Cataluña, si bien la mayor parte de las noticias se centran en Barcelona. No tengo ni idea de cómo serán los demás periódicos. Aquí he ojeado, más que he leído, los diarios locales. Hacen referencia a toda la provincia. Están en catalán, claro, con lo cual no puedo opinar en exceso, si bien es palpable cuales son sus líneas editoriales con sus respectivos titulares. A veces pienso que aquí hay una percepción distinta de la realidad política de España. Pero no quiero hablar de esto. Sabéis bien que no soy muy tolerante con los nacionalismos, ya que parecen excluyentes. Y aquí os puedo asegurar que el nacionalismo está en cada esquina. Conocéis bien que yo defiendo a ultranza determinados valores e ideas, muchos de ellos de forma radical.

Hay quien dice que no es bueno ser radical. No estoy de acuerdo. No son buenos los radicalismos. La palabra radical es aplicable no sólo a exacerbados elementos anti-sistema, colectivos de ideología ultra-fascista o de extrema-izquierda, “burrokillas” varios. Es más, me parece una pena utilizar este término para referirse a esta gente. Radicales somos los que mantenemos nuestras posturas e ideas contra viento y marea, hay radicales que defienden los derechos humanos, los del mundo animal, y cualquier tipo de valores. A mi me podréis llamar radical. Es cierto.

Soy un radical, no creo en la moderación real. Sí en las formas moderadas, pero cuando determinados valores, cuando determinadas ideas son vulnerados de forma frontal y cerrada por aquellos que sí alardean de moderación y tolerancia, entonces se hace necesario ser radical. Por eso yo hago una defensa radical de mis ideas, de mis posturas y de los valores que yo, en mi ignorancia supina, creo correctos. Por eso, cuando veo a estos agredidos saco toda mi radicalidad, que no radicalismo, fuera, ya que son necesarios. Y, a riesgo de resultar tendencioso, os digo, sufridos lectores, que en tiempos como estos es cuando es más necesario ser radical. ¿Moderación? Sí, pero no siempre, ya que el consumo moderado en determinadas cuestiones es pernicioso….

Los Disidentes


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