Huida de inmigrantes

La situación en las denominadas Islas afortunadas lleva camino de un desenlace calamitoso, pese al anuncio del Gobierno Central de que no iban a permitir la entrada de más inmigrantes sin papeles.

La situación en las Islas Canarias, lejos de tranquilizarse y tomar sintomas de normalidad, se va empeorando a marchas forzadas. El efecto llamada del "papeles para todos" que realizó el ministro Caldera el año anterior está provocando estragos en las Afortunadas, y pese al anuncio de la vicepresidenta del Gobierno de que no se permitiría la entrada de más inmigrantes a la isla, estos siguen llegando en oleadas. Sin ir más lejos, este mismo domingo han llegado dos cayucos más, ante la indefensión del cabildo canario.

Se está llegando a unos niveles insostenibles, primero por falta de medios, y segundo, por la negligencia del gobierno central. Por falta de medios, es evidente. No hay suficiente número de policias o guardias civiles, y además, como se pudo ver este verano, si había un cuerpo de la Guardia Civil estaba ocupado en controlar la zona de buceo de Sonsoles Espinosa, esposa del presidente del Gobierno, mientras los inmigrantes seguían llegando sin cesar. Y la cosa cada vez es más grave, ya que debido a esta falta de medios los inmigrantes según llegan a la isla, huyen, dificultando sobremanera su control

En cuanto a la negligencia del Gobierno Central, primero por no haber escuchado al resto de países de la Unión Europea, cuando se decia que no se hacían cargo de una política migratoria como la que se llevó a cabo el año pasado, y las consecuencias en las que podía desembocar. Ahora, cuando la vicepresidenta del Gobierno se ha ido a plantearlo ante la Unión Europea, se ha encontrado con la respuesta que a nadie le gusta escuchar. Si, pero.... Pero si hubiese escuchado en su momento, en vez de tomar decisiones unilaterales, no estariamos en la situación en la que nos encontramos actualmente.

Todos los días nos desayunamos con la noticia de que han llegado más cayucos, que ya hay cerca de 15.000 personas en la Isla, sin poder hacer prácticamente nada por ellas, más las que se quedan por el camino. Es un gravísimo problema para toda la ciudadanía, sobre todo porque en contra de lo que se dice de que todos estos inmigrantes son repatriados a su país de origen, son muy pocos los que vuelven.

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