Las fiestas de moros y cristianos

Es muy divertido lo que se consigue cada vez que Occidente se baja los pantalones delante de la infamia islamista. De los hechos que han tenido lugar últimamente en esta barbarie sin razón, cada vez se lo van poniendo más fácil. Como el gobierno con los etarras, vamos. Primero, fue el Papa Benedicto XVI, al que se le malinterpretaron unas palabras que citó en Alemania. Después, se suprime una obra de teatro también en Alemania, porque podía ofender al mundo musulman ver la cabeza de Mahoma decapitada, y ahora una federación islámica exige que se supriman las fiestas de Moros y Cristianos. Y lo siguiente que les demos en bandeja la Península Ibérica.

De las tres actuaciones que he citado, por supuesto, no estoy de acuerdo con ninguna de las tres. Primero, el Papa tiene un derecho inalienable, como lo tenemos el resto de los mortales, llamado libertad de expresión. Otra cosa es que podamos utilizarlo, porque como se puede observar, los que menos pueden practicar ese derecho proceden del mismo mundo islámico, sobre todo en el tema de las mujeres, quienes son tratadas como ganado, como un ser inferior. Instantes después fue el Santo Padre el que lamento si con sus palabras había ofendido al pueblo musulman, pero a estos no les importó lo más mínimo, para variar, ya pretendian condenarlo a muerte.

En la segunda, en la obra de teatro, me alegro de la reacción de la canciller alemana, Angela Merkel, cuando dijo que no le encontraba sentido a cancelar la obra. Y es que ya estabamos poniendonos la venda en los ojos antes de actuar, el por si acaso...

En la tercera, en la celebración de unas fiestas típicas de muchas zonas españolas, ya ralla lo absurdo. Primero, que exigen. Ni piden, ni solicitan..., no, simplemente exigen. Y es que cuando más les das la mano, mas hombro te van comiendo. Segundo, son unas fiestas que se llevan celebrando una multitud de años, sin que nunca nadie se hubiese sentido ofendido por ello, ¿a que santo ahora? Si no les gusta, es muy sencillo, que no las vean, pero no por ello tenemos que dejar de celebrarlas nosotros. Y tercero, es una muestra de nuestra historia, de nuestra cultura, los españoles celebramos la reconquista de nuestra tierra a manos de los musulmanes, y eso, no lo van a poder evitar, como Zapatero tampoco podrá evitar que los republicanos perdiesen la Guerra Civil.