La involución socialista

El Partido Socialista Obrero Español nació allá por el año 1879, partiendo de las ideas de Pablo, Iglesias. Este tipógrafo se apoyó para la creación de dicho partido en las ideas de Marx y Engels, profundos defensores del comunismo, y que, por supuesto, para hacer valer sus teorias, se valieron de atacar y coaccionar a las capas más liberales de la época.

De estas mismas artes se hizo eco Pablo Iglesias en los primeros años de formación del partido, hasta llegar al Parlamento, por primera vez en las elecciones legislativas de 1910. En ese mismo año, Pablo Iglesias, en Pleno, citó que para conseguir sus intereses estaba dispuesto incluso a llegar al acto terrorista. Era la primera vez que dentro del Congreso se escuchaba semejante amenaza, y que por desgracia, se llevó a cabo. También, en ese mismo pleno, citó textualmente, refiriéndose a la acción de los socialistas que “estarán en la legalidad mientras la legalidad les permita adquirir lo que necesitan; fuera de la legalidad cuando ella no les permita realizar sus aspiraciones”. Como se puede comprobar, haciendo gala de una tolerancia cero hacia la democracia.
La involución del PSOE a lo largo del tiempo siempre ha sido un hecho. Nació al lecho de Marx y Engels, y posteriormente se situó bajo las huestes comunistas de la URSS, encabezadas allí por Stalin y Lenin, y cuyo máximo exponente en España fue Largo Caballero. Incluso fue expulsado del Partido Julian Besteiro, máximo responsable de UGT, por sugerir una linea de actuación no tan radical. No se puede quedar sin citar los continuos asesinatos que miembros de este partido llevaron a cabo a lo largo del tiempo. En tiempos previos a la Guerra Civil fueron los principales precursores del alzamiento de Asturias, fueron mayoritariamente quienes invalidaron los resultados de las elecciones democráticas de 1933, en connivencia con Azaña. En tiempos de la Guerra Civil atacaron sin concesiones museos, iglesias, promovieron la quema del patrimonio histórico nacional, y más acciones que no merece la pena citar en esta sección.

Pasando por alto los diferentes gobiernos socialistas de Felipe Gonzalez, en los cuales los actos más destacados fueron la aparición de los GAL, o el continuo expolio de los fondos reservados, llegamos al Gobierno actual, que nace, no olvidemos, por un acto terrorista, acaecido el 11 de Marzo de 2004, 3 días antes de las elecciones Generales, y sobre la que el Gobierno actual intenta ocultar todos los datos posibles, dando idea de que el interés general, para ellos, es su interés particular.

Y es su interés particular porque lo único realmente importante para ellos es mantenerse en el poder. Da igual que por en medio se desquebrante España mediante estatutos que atacan directamente a la Constitución, incluso antes de que este llegue al Parlamento Nacional, sede de la soberanía nacional de todos los españoles.

Incluso aparte de mentiroso, este presidente de Gobierno es cobarde y vago. Los intereses de los españoles siempre los deja atrás. No acude a una reunión importante contraida con el Presidente Polaco porque estaba cansado tras su comparecencia ante la comisión parlamentaria del 11-M, donde no dijo nada nuevo. Bueno, si, nuevas mentiras. Se ausenta de negociaciones monetarias con el resto de países de la UE, tras quedar esta constituida por 25 paises el día antes de concluirlas. Se permite el lujo de faltar al respeto personal a presidentes de otras democracias con mayor tradición que la española, como es el caso de Angela Merkel, o de George Bush.

Y también es cobarde. Un ejemplo lo tenemos en los incendios que asolaron Guadalajara en el verano de 2005, ciudad a la que acudió a escondidas cuando la situación se había calmado, para hacerse la foto con el desconsolado alcalde que también estuvo ausente mientras la tragedia asolaba esta ciudad castellano manchega, sin acercarse siquiera a saber la situación personal de los familiares de quienes allí habían perdido un ser querido.

Tampoco dio la cara este pasado verano en los incendios que durante este año han azotado Galicia, estando de vacaciones en las Islas Canarias. Es aquí donde también ha tenido lugar una de las grandes tragedias internacionales, con la llegada masiva de cayucos, y donde también, el actual inquilino de la Moncloa ha dejado patente su insensibilidad ante estos hechos, al no haberse acercado a las playas a conocer la situación in situ, o dejando que una de las dos lanchas de la Guardia Civil, y en medio de esta tragedia, estuviese destinada a controlar los baños de su esposa.

Tan graves son estos hechos, como el haberle dado la espalda continuamente a las víctimas del terrorismo, que siguen clamando contra la política de apoyo a los asesinos llevada a cabo por Zapatero. Personas que se sienten humilladas continuamente cuando el gobierno les da la espalda, y sin embargo, se alegra de que asesinos como de Juana Chaos se pueda sumar a su proceso de rendición.

Pero si en política nacional, la actuación de este gobierno se puede calificar como desastrosa, no lo es menos en política internacional. Poniendose del lado siempre del tirano, caso de Fidel Castro, o de quien quiere languidecer en la poltrona del Poder, reformando la Constitución para ser presidente vitalicio, caso de Hugo Chavez, o de quien va contra los intereses de los españoles como Evo Morales y el caso Repsol, no está dando la imagen que merece España.

Incluso en situaciones infinitamente comprometidas en política internacional Zapatero es capaz de ridiculizar a España. Y por supuesto, siempre del lado del terrorista, como es en el caso del conflicto del Libano, donde claramente se ha situado en el lado de Hezbollah, o Hamas, dando la espalda al pueblo judio, como ha denunciado Gustavo de Aristegui, portavoz del PP en temas internacionales, y quien ha sido amenazado de muerte por estas huestes ausentes de cualquier manifestación democrática, o Victor Harel, embajador israeli en España

Y es que como se ve, en sus orígenes el PSOE fue un partido marcado por el odio y el rencor, nacido de la idea de quienes no respetaban la democracia en sus países de origen, y cuya idea convirtió a Pablo Iglesias en el fundador de un partido que más de 125 años después sigue luchando con las mismas armas: la mentira, la manipulación, el desprecio hacía las leyes vigentes, y cuyo amor a la poltrona política hacen demasiado peligrosa la convivencia cívica y pacífica que con los años de democracia que llevamos a la espalda deberíamos ser capaces de llevar a cabo