¿Donde vamos?

Me he criado en la idea de que todo el mundo debe ser consecuente con sus decisiones. No vale de nada esconderse, o decir que ha sido el vecino. Rara vez funciona, por no decir absolutamente nunca. Leyendo la edición impresa del diario El Mundo he podido comprobar como el clan del Sr. Rajoy ha quedado reducido a cuatro personas, con una enorme valia profesional cada uno de ellos. También he podido leer como al pasar por delante de compañeros de su formación política, como puede ser el caso de Vicente Martinez Pujalte, ni siquiera se ha acercado a saludar. Esta no es actitud de un lider, como tampoco lo es el lanzar a compañeros a la guarida del leon, como en sus palabras de decir que hay gente del partido que se puede ir al Partido Liberal. No se que le ocurre al Sr. Rajoy, grandisimo parlamentario, pero que me está demostrando con hechos y con palabras que no es la persona adecuada para llevar el timón de una formación política que debe aspirar a gobernar los designios de los españoles. Me produce una enorme desazón el leer que el Secretario General del Partido Popular quiere pasar a un segundo plano, que tras el Congreso de Valencia el Sr. Acebes abandona la primera linea de batalla. No se que linea pretende seguir el Sr. Rajoy a partir de entonces, pero evidentemente el cisma se está creando en el interior del partido, aunque nos pretendan hacer ver lo contrario.

Y evidentemente, entre tanto caos, el PSOE, el enemigo de España, no para de retozar en el barro, sonriendose ante la batalla campal en la que se encuentra inmerso el único partido de la oposición, un partido político que aglutina a más de 10 millones de votantes, pero que no son borregos, como puede pasar en la izquierda, que pase lo que pase, sigue votando lo mismo. Hay mucha gente desilusionada, entre la cual me encuentro, por la cual el Partido Popular tiene que seguir trabajando. Pero el enemigo está enfrente, y es contra ese contra el que hay que luchar. Queda un mes para el Congreso de Valencia, pero la formación puede llegar muy malherida allí. La vieja guardia abandona poco a poco el barco, los JASP de turno no reciben ningún reconocimiento, y llega gente demasiado imberbe en estas lides. Veremos que sale de allí, pero de entrada no me gusta absolutamente nada lo que veo